México, D. F. Enero de 2015.

Los doce pasos de la Educación Integral de la Sexualidad

La educación integral de la sexualidad es un proceso didáctico, paso a paso, en el cual proporcionamos información que guíe a nuestros niños, niñas y adolescentes hacia la construcción responsable de su sexualidad.  La educación integral de la sexualidad, despeja dudas, facilita el autoconocimiento, la aceptación, evita la discriminación, define la orientación sexual asertivamente. En la actualidad, nuestros niños y adolescentes debieran estar informados de los riesgos de la pornografía, prostitución y comercio sexual infantil.  Existen grandes redes de pederastas que buscan tanto material pornográfico, como niños para satisfacerse sexualmente… y lo obtienen.   Es necesario ser concientes de que mucho de mucha de la pornografía en la Internet. 

En mi experiencia, la mayoría de los casos atendidos por diversos motivos de consulta, incluyendo el abuso sexual o por haber visto pornografía, han sido experiencias vividas en el propio hogar u otros espacios de confianza.  Sugiero que, a partir de los 6 años de edad del niño o niña, aprovechen alguna escena de intimidad en televisión o cine para dejar claro que es una experiencia de adultos y que las personas adultas deciden en pareja qué hacer de mutuo acuerdo.  De tal manera, que cuando vivan la experiencia de ver pornografía tengan bases para diferenciar experiencias.

1. La educación integral de la sexualidad es una co-responsabilidad de familia-gobierno-escuela. Desde su nacimiento, los niños están expuestos a una gran cantidad de estímulos e información: en la familia, en la escuela, con sus amigos y, a través de los medios de comunicación; incluyendo la Internet. A través de toda la información y conductas que se les modelan día a día, los niños van construyendo sus propios conceptos.  El papel de los MAPAS en la educación sexual es proporcionarles respuesta a sus inquietudes y hablar de los valores de su familia, y las diferencias que pueden existir en otras familias.

2. La sexualidad se construye desde el nacimiento.  Al nacer, sólo somos seres sexuados –hombre o mujer, que recibimos información verbal y no verbal, la cual nos lleva a integrar los sentimientos, pensamientos y actitudes hacia nuestra sexualidad.  Los MAPAS y educadores somos co-responsables de brindarles, a niños y adolescentes,  la educación sexual que necesitan, para lograr su mejor desarrollo como ser humano.  Es difícil crecer sobre la mentira y el miedo.

3. La educación sexual debe considerar el enfoque de género y el respeto a la diversidad sexual y familiar, como plataforma fundamental en la prevención de la violencia: bullying, acoso en adultos, abuso sexual y violación.

4. Los comportamientos de género variantes no determinan la orientación sexual.

5. MAPAS (mamás/papás) y maestros guían y orientan, NO son amigos. Los amigos son sus pares, están viviendo experiencias similares, tienen casi el mismo nivel de       madurez –o de inmadurez.  Tú eres su guía.  Algunos MAPAS (mamá/papá) temen que al no ser amigos de sus hijos, estos se reservarán experiencias.  Muchas experiencias que los hijos tienen, no las comparten con sus MAPAS. ¿Recuerdas tú alguna experiencia que no compartiste con tu mamá o con tu papá?  ¿Por qué?  La falsa idea de que la confianza sólo se tiene entre amigos, genera la necesidad de convertirse en amigos de los niños y adolescentes. Y aunque en el diccionario las palabras madre y padre están más asociadas a la procreación, indiscutiblemente en esos vínculos –en la mayoría de los casos- aparte del amor se da la confianza.,  Es así como el papel del adulto es ser guía, orientador.  Si no lo hacemos, los estamos dejando a la deriva.

6. Revisa, analiza y confía en tus valores.  Los valores se enseñan y modelan en el hogar.  Lo adecuado es modelarle sólo los valores en los que la pareja crea y viva congruentemente.  Si hay diferencias –como sucede la mayoría de veces en las familias y escuelas- primero hay que llegar a un acuerdo.  Los valores requieren vivirse con congruencia: siento, pienso y actúo de manera integrada y quedo satisfecho.   La verdad y la oportunidad son valores que los niños y adolescentes nos agradecerán. Cuando desconozcamos un tema, o no sepamos cómo manejarlo, será necesario investigarlo y/o buscar apoyo bibliográfico o la asesoría de un especialista. Los jóvenes saben diferenciar cuándo estamos ocultando información y cuándo no sabemos la respuesta. Si optamos por buscar mayor información, no esperar a que el niño o adolescente nos vuelva a preguntar –asumir nuestra responsabilidad de darle continuidad al tema pendiente.   Existe en nuestro país un alto nivel de actualización bibliográfica con un excelente manejo profesional que, a través de las caricaturas en libros y películas, nos brindan un gran de apoyo. Considero que para hablar de sexualidad con niños y adolescentes, el uso de dibujos es indispensable.

7. Háblales de sexualidad, no sólo de sexo.  Hablar de sexo es referirse únicamente a lo biológico; por ejemplo, los niños tienen pena y las niñas tienen vulva.  En cambio, hablar de sexualidad incluye también qué sentimientos, creencias y actitudes tengo respecto a ser niña o ser niño, y la manera de relacionarse entre sí.

8. Dale oportunidad a los jóvenes de hablar de sexualidad contigo cuando lo necesiten -no sólo cuando tú quieras.  Durante mucho tiempo hubo la creencia “hay que esperar a que el niño pregunte… no te anticipes”.  Hoy sabemos que los niños que no preguntan, se están ahogando en dudas y están más expuestos a un probable abuso sexual.  A menor      educación sexual desde la infancia, los jóvenes inician más tempranamente su vida sexual.  La primera herramienta para combatir el abuso sexual es la educación sexual –y esa es co-responsabilidad de familia-escuela-gobierno.

9. Siempre dí la verdad… si no la sabes, infórmate y busca las palabras más sencillas para explicar el tema. En mi experiencia, cuando el adulto teme dar respuesta a los cuestionamientos de los niños, es porque no tienen libros en casa y desean evitar que “pierdan la inocencia”.  Una cosa es la inocencia y otra es la ignorancia.  Evitemos la ignorancia.  Busca información científica. Tener libros de sexualidad en casa y escuela, nos familiariza con el tema y aprendemos a verlo –los adultos- con naturalidad, como es la sexualidad misma.  Leer libros dirigidos a niños, nos facilita conocer el lenguaje apropiado para cada edad.  Primero debemos leerlos los adultos, para despejar y asimilar la información, discutir, si es necesario con la pareja o el equipo de trabajo en la escuela, y posteriormente     dar la información a los niños.  Una gran ventaja que yo encuentro en los libros de sexualidad para niños, es que los adultos tenemos en ellos, un apoyo visual con sus caricaturas, colorido y textos atractivos.  De esta manera podemos relajarnos más, pues los niños están más atentos al material visual y la energía se divide entre tú y el libro.  Hay videos también muy atractivos… prefiero los libros… van más al ritmo de los niños.  Te sugiero dejar los videos como segunda opción.

10. Establece límites, reglas, no barreras.  Los mitos han obstaculizado la sexualidad responsable en México, pues son barreras que impiden que la educación sexual fluya congruentemente con la información con hoy sabemos es la adecuada para       niños y adolescentes.  Es importante que la educación sexual sea impartida teniendo como base dos puntos: la realidad y los valores.  Los valores se modelan con los límites y reglas de cada familia y escuela.  Los niños agradecen una  educación clara, oportuna y honesta. Es importante informar a los niños que la educación sexual es un derecho que ellos tienen, y que deben respetar que muchas familias y escuelas prefieren no hacerlo.  Siempre en la línea de que la educación sexual no debe vivirse con vergüenza sino con responsabilidad. Los límites entre lo público, lo prohibido y lo íntimo, determinarán su derecho a ser respetado. Establecer reglas. no barreras, lo llevará a entender las diferencias individuales y familiares.  Gratificarlos sólo cuando hablan de otros temas que no sea el sexual, les enseña que se vale hablar de todo, menos de sexualidad.       Esto no impedirá que tengan experiencia, pero quizá sí les faltará la información, la conciencia y por ende, la responsabilidad.  Las personas que tienen aceptación, confianza y respeto de sí mismas, suelen ser quienes hacían preguntas y obtenían respuestas –y se informan, posteriormente, sin prejuicios ni discriminación y toman decisiones más congruentes con sus valores.

11. Promueve una sexualidad asertiva.   La asertividad consiste en que el ser humano conozca sus necesidades, sentimientos, pensamientos, creencias y que, por encima de todo,  se sienta con el derecho a expresarlos con orgullo. Resulta interesante el orgullo que algunos MAPAS sienten cuando sus hijos hacen preguntas poco comunes respecto a otros temas, pero que cuando se trata de la sexualidad, se sienten amenazados.  En el primer caso, se refieren a los niños como inteligentes, con una gran capacidad de observar el mundo…. pero si el tema es de sexualidad…hummm…es un niño precoz. Si a un niño se le gratifica sólo cuando habla “inteligentemente” de otros temas, pero no cuando cuestiona acerca de la sexualidad, no se construye entre el niño y el adulto, el vínculo afectivo y de confianza que la educación sexual requiere para fluir.  Pueden interpretar que el tema es tan inadecuado, feo, sucio, vergonzoso, que no hay que hablarlo…. ahí comienza a construirse la doble moral.

12. Distingue los juegos sexuales entre niños de un probable abuso sexual. Un juego sexual es la exploración que se da entre niños de edades similares, y a través de los cuales conocen el placer y el displacer, la aceptación o el rechazo, con quien se vale y con quien no se vale.  Facilita la construcción de la intimidad y la confianza sexual.  Los juegos sexuales entre niños forman parte de su desarrollo psicosexual.  A diferencia de los juegos sexuales que se caracterizan por ser entre pares, de mutuo acuerdo y sin condicionamiento alguno, el abuso sexual es todo acto donde el adulto o adolescente dirige su atracción y placer erótico al niño y/o púber, con el fin de satisfacer sus necesidades sexuales. Con frecuencia se trata de una persona que, aprovechando la confianza brindada, seduce, obliga, manipula, amenaza y/o intercambia regalos, dinero con un menor, para que le realice o le sean realizadas caricias, tocamientos en genitales y/o nalgas, ano, pechos.   No hagamos de un juego sexual una experiencia dramática de abuso sexual.  Hay que explorar primero qué sucedió, cómo y de qué manera vivieron la experiencia para saber la diferencia y actuar en consecuencia.

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¿Cómo distinguir entre un juego y un abuso sexual?

Uno de los motivos de consulta más frecuente, en mi experiencia profesional, es por abuso sexual.  Y la gran mayoría no era abuso sexual sino un juego sexual entre pares.  De ahí la importancia de distinguir los juegos sexuales entre niños de un probable abuso sexual.

Un juego sexual es la exploración que se da entre niños de edades similares, y a través de los cuales buscan conocer, en su mayoría, a través de la vista y el tacto qué tengo yo y qué tienes tú.   Durante estos juegos pueden experimentar  el placer y el displacer, la aceptación o el rechazo.  Los juegos sexuales forman parte del desarrollo psicosexual del ser humano, facilitan la construcción de la intimidad y la confianza sexual.  ¿Cuáles son sus juegos preferidos? Los novios, los besos en la boca, los abrazos, bajarse los calzones y mostrarse sus genitales, incluso voltear a mirar nalgas y ano de su compañero(a) de juego.  La mayoría, además de mirar, tocan, y una gran cantidad de niños/niñas, incluso se besan los genitales.  Estos juegos suelen ser más frecuentes durante los primeros seis años de edad.  Por supuesto que la orientación y  los límites, por parte de los adultos, son fundamentales para que los niños se autorregulen.  Es mucho más sano educar con límites que con represión.  Debemos respetar su necesidad de conocer diferencias, pues también experimenta así su grado de confianza sexual, orgullo y naturalidad de su cuerpo y desarrolla su asertividad sexual: hasta donde puedo llegar.

Después de indagar exactamente a qué jugaban –no imagines, investiga-   necesitamos límites claros.  Algunas frases que facilitan a los niños el empoderamiento, la autorregulación y la posibilidad de distinguir riesgos de abuso sexual, son:

  • Bien… entiendo que estaban jugando, sólo que estos no son juegos de niños.
  • Cuando seas grande tendrás una pareja con quien podrás acariciarte, si ambos están de acuerdo.
  • Tienes derecho a tocar tus genitales, son tuyos. Sólo puedes hacerlo en tu cuarto o en tu baño, con tus manos limpias.
  • Esas cosquillitas no deben hacértelas otras personas mientras seas un niño/niña. 
  • Los adolescentes y los adultos no acariciamos tus genitales. 
  • Cuando vamos con tu doctor(a) yo estoy presente y no acaricia tu pene/vulva, te explora en nuestra presencia, no lo hace a escondidas ni te pide que guardes un secreto.

A diferencia de los juegos sexuales que se caracterizan por ser entre pares, de mutuo acuerdo y sin condicionamiento alguno, el abuso sexual es todo acto donde el adulto o adolescente dirige su atracción y placer erótico al niño y/o púber, con el fin de satisfacer sus necesidades sexuales. Con frecuencia se trata de una persona que, aprovechando la confianza brindada, seduce, obliga, manipula, amenaza y/o intercambia regalos, dinero con un menor, para que le realice o le sean realizadas caricias, tocamientos en genitales y/o nalgas, ano, pechos.  

Evitemos contaminar a los niños y adolescentes, sean alumnos, pacientes o incluso los propios hijos, desplazando el miedo y el enojo que no se ha resuelto por un abuso sexual en la vida del adulto.   En mi experiencia como psicoterapeuta, encuentro niños        con sintomatología de abuso sexual como resultado del miedo y desconfianza que le generaron, porque debía temer a todos los que no fueran de su familia.  Información errónea, si tomamos en cuenta que la mayoría de los abusos sexuales es cometido por un familiar.

No hagamos de un juego sexual una experiencia dramática de abuso sexual.  Hay que explorar primero qué sucedió, cómo y de qué manera vivieron la experiencia para saber la diferencia y actuar en consecuencia.

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Educación sexual… cuándo y qué hablar

Cuando pregunto a las personas qué educación sexual recibieron, muchas suelen responder que nunca les hablaron de temas de sexualidad o, en el mejor de los casos, cuando se trata de mujeres, la educación sexual se ha limitado a la menstruación, y en el caso del hombre al uso del condón. Y casi siempre el tema fuerte es prevenir el abuso sexual con mensajes confusos como no dejes que nadie te toque o, evitar contactos íntimos en una pareja: no dejes que tu novio te manosee / si la amas debes respetarla.

Familia y escuela tenemos una gran co-responsabilidad que debiera ser asumida como la enorme oportunidad de brindar a nuestros niños y adolescentes la información que les facilite tener conciencia, aceptarse, elegir lo que a ellos convenga y desarrollar un proyecto personal congruente con sus valores.

Durante los años de preescolar, es necesario hablar de cómo están formados niños y niñas, las sensaciones de placer y su derecho auto-explorarse, si así lo desean, estableciendo límites –a solas, en tu recámara o baño, manos limpias;  la diferencia de jugar entre pares y el bullying, prevenir y denunciar un abuso sexual. Sin duda, el tema que genera más interés y deseo de hablar es el de su familia, cómo nacieron y el significado de venir de una pareja que se ama –aunque papá y mamá ya no vivan juntos. Los niños con educación sexual oportuna hacen conciencia de la higiene al bañarse y, asearse cuando van al sanitario; prevenir el abuso sexual; saber que papá y mamá, más allá de seguir juntos en pareja, decidieron tener un hijo como resultado de un vínculo de amor, además de tener confianza en sí mismo y en sus padres. Despeja dudas de cómo se unen espermatozoide y óvulo, sin hablar de penetración a esta edad, cómo se desarrolla el bebé y por dónde pueden nacer.

En la etapa de Primaria Baja (1º, 2º y 3º) niños y niñas requieren, además de lo informado en preescolar, explicarles todo lo relacionado con los cambios que llegarán con su pubertad. Si ya han hablado de sexualidad anteriormente, habrá mayor habilidad para plantear los siguientes temas, sobre todo, considerando que en estos años manifiestan frecuentemente desagrado cuando escuchan algunos temas, por lo que le llamo “etapa del guácala”. La información debe ser proporcionada de manera que le encuentren sentido a la educación sexual y explicarles que: les quitará dudas, evitará confusiones y brindará confianza, facilitando una toma de decisiones responsable. Empiezan con dudas respecto al desarrollo que tendrán en la pubertad, comentan experiencias que ven en su familia, escuela y en la televisión; por ello, la información, debe ser congruente con la realidad y responder con la verdad, lo que facilitará un fuerte vínculo entre niños y padres. Ante la experiencia de acoso entre compañeros, es necesario explicarles la importancia del respeto y los límites hacia uno mismo y los demás. Un tema que genera discriminación, es el de los niños y niñas con comportamientos de género variantes, que son aquellos que varían de la forma en que actúa y juega la mayoría; por ejemplo, el niño que prefiere jugar con las niñas a jugar football. Es oportuno explicarles el derecho que todos tenemos a ser diferentes, respetando a los demás. Desde los 6 años, hay que explicarles en qué consiste la intimidad en una pareja, para responder a su gran cuestionamiento de cómo se embarazan o ¿papá y mamá también hacen el amor?  Se les explica que es parte de ser pareja y que no sólo se hace para tener bebés sino como parte del amor y el placer. El tema de embarazo, parto y cesárea genera también muchísimos cuestionamientos y deseos de expresar su propia experiencia.

Cuando llegan a Primaria Alta (4º 5º y 6º) escuchan una gran cantidad de información –mucha llena de prejuicios y mitos que obstaculizan la responsabilidad de su sexualidad.  Es una gran oportunidad darles la información, para que, cuando vivan la presión social con los amigos, tengan la capacidad de ser asertivos y evitar experiencias de riesgo. Hay que hablarles acerca de que su cuerpo ya está en pleno desarrollo y su responsabilidad es cuidarlo; saber diferenciar entre juego, bullying, accidente, broma y abuso sexual. Cada día, a más temprana edad, hay que hablar de diversidad y tolerancia sexual. Ya muchos niños y niñas desde preescolar preguntan por qué se besan dos hombres, o por qué se abrazan como novias dos mujeres. Mientras más tempranamente hablemos de diversidad, mayor respeto tendrán al relacionarse y podremos bajar el alto índice de homofobia en nuestro país, que ha ocasionado suicidios en algunos adolescentes. Otro tema polémico: riesgos en sexualidad: pornografía, alcohol, tabaco y otras drogas. Hablar de los riesgos es prevención y forma parte de la educación sexual.  En esta etapa podemos observar cómo pasan, de los comentarios de guácala  a ¿Puedo tener novio(a) a mi edad?  ¿Qué es un condón y para qué sirve?  Sé que algunas personas pensarán en este momento que sus hijos e hijas son diferentes y no tienen todas estas inquietudes. Puedo compartirles que en mis 24 años de experiencia he podido observar año tras año, la enorme diferencia que hay entre lo que los adultos creemos que saben los niños y lo que ellos hablan a solas o durante alguna de mis talleres de educación sexual. El que nuestros niños tengan cuestionamientos no significa que hayan perdido la inocencia, sino que demandan información para disminuir la ignorancia y construir una sexualidad responsable.

Como todo en la vida…toma lo que te sirva y lo que no, déjalo ir.

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Síndrome de Alienación Parental

Alienación parental es un síndrome que surge ante el conflicto de una pareja con hijos y donde uno de los adultos manipula a los hijos en contra del otro. Richard Garner, psiquiatra que acuñó el término en 1985, refiere que, en su experiencia, la gran mayoría de los casos que él ha atendido, es la mujer quien ha “lavado el cerebro a los hijos”.  Los síntomas son:

  • Mamá o papá, llamado padre alineador, se opone a que la otra persona vea y conviva con los hijos.
  • Hace comentarios o toma decisiones con las cuales los hijos aprenden a no tomar en cuenta a uno de ellos, incluso rechazando su presencia. A la persona rechazada o denigrada, se le llama padre alienado.
  • Los niños refieren que no quieren ver al padre alienado, pero no saben explicar por qué motivos o repiten frases muy elaboradas para su edad, incluso frases típicas de alguno de los adultos.   Recientemente escuché a un niño de 8 años decir “Yo no veo a mi papá desde que se divorciaron; mi mamá me platicó que ellos no se amaban sino que mi papá se casó con ella por avaricia, que nunca la amó”.
  • Pueden incluso repetir acusaciones que el adulto hace y que el menor puede llegar a creer que son ciertas -incluyendo abuso sexual.  He escuchado en varias ocasiones referirse al padre alienado como “él no da nada”.  Al preguntar a la madre quién paga algunas de las necesidades como alimentación, gastos médicos, escuela, refiere que el papá que no vive con ellos “pero esa es su responsabilidad, pero no da nada”.

Sin duda, terminar una relación implica una profunda revisión interna donde se confronta una serie de emociones, desde el abandono, la ira, el rechazo, el miedo, el resentimiento; y todo ello requiere de hablar con alguien de confianza pero no con los hijos.  Independientemente de la traición o situación que genere el rompimiento, necesitamos hablar con alguien que pueda ser asertivo, es decir, que no alimente con ideas negativas, sino que por el contrario, favorezca el reconocimiento de que se está viviendo una etapa de duelo que habrá que superar.

Desde Mayo de 2014, en la ciudad de México ya existen procesos donde se llevan a cabo juicios en los cuales los niños son llevados a vivir con el padre alienado para que puedan conocerlo y constatar que todo lo que la madre alienadora ha fabricado, forma parte de una historia que no tiene bases verdaderas, y que ha propiciado que los niños devalúen, subestimen, ridiculicen, rechacen y hasta odien al padre alineado. El objetivo es evitar daño mental y emocional en los hijos, pues algunas investigaciones reportan que las víctimas de alienación parental suelen culpar al padre alienado de todas sus frustraciones y negatividad, dificultando la construcción de un sano vínculo con el padre y en el futuro con una pareja.

Afortunadamente, en mi experiencia, una gran mayoría de parejas busca asesoría para llevar a cabo una separación y/o divorcio donde ellos y los hijos, vivan un proceso de duelo del que salgan fortalecidos y no destruidos. Invito a las parejas en este proceso, que por respeto a sí mismos, por amor a sus hijos y en recuerdo del enorme amor que se tuvieron y por salud mental/emocional de toda la familia, se asesoren. En www.talleresdesexualidad.com hay una sección de Artículos de interés. Te invito a leer la Guía de proceso de separación y/o divorcio.

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Hacer el amor empieza con la convivencia. Errores frecuentes en la intimidad de una pareja.

Vivir y convivir con la misma pareja por años tiene, sin duda, grandes satisfacciones; pero, también enormes desencuentros que debemos resolver juntos. Uno de ellos es cuando espaciamos o dejamos de tener intimidad sexual. En mi experiencia, detrás se encuentran muchos elementos que los han llevado a deteriorar su vida erótica. El deseo y la excitación sexual se alimentan de besos, miradas, caricias, atenciones, comprensión, pero con enojo todo esto se pierde y queda un distanciamiento erótico. Sugiero revisar qué errores podemos estar cometiendo:

1. Ignorar las necesidades de convivencia diaria del otro. Una queja constante en uno o ambos es la falta de consideración por las labores domésticas, los gastos económicos, el cuidado de los hijos, horarios de trabajo. Las parejas que llevan mejor relación emocional y erótica son aquellas que se sienten apoyadas y no abusadas.

2. Dejar de comunicar sus necesidades y expectativas. El momento frágil de la relación es cuando “mi pareja y yo no tenemos ni un sí, ni un no…puro qué te importa”. Decía un sabio maestro, que cuando una pareja discute, hay mucho por hacer en una relación; que el peligro es cuando ya no nos interesa llegar a un acuerdo. En este punto, difícilmente hay acercamiento erótico.

3. Olvidar los besos en la boca y el resto del cuerpo. Si recordamos cómo eran aquellos besos al inicio de nuestra relación, seguramente, la mayoría, encontraremos un punto común: eran más profundos y con mayor duración. La rutina diaria, la presencia de los hijos, la presión de horarios, nos lleva a limitar el número de besos y su intensidad, y esto conlleva a la falta de erotismo. ¿Cuándo se dieron un beso apasionado, cargado de erotismo, la última vez? ¿Qué sentiste? ¿Qué sucedió después?

4. Callar sus deseos y fantasías sexuales. ¿Le has compartido a tu pareja lo que deseas hacer en la intimidad?  Una sugerencia, es preferible hablar de sus deseos y fantasías sexuales antes de iniciar la relación sexual…resulta menos amenazante para ambos.  Recuerda que hay formas de preguntar que no debiéramos utilizar nunca, menos en la cama: “¿Por qué nunca se te ha ocurrido acariciarme….?  “¿No te sabes otra posición”?

5. Buscar el orgasmo simultáneo.  Qué frecuentemente se escucha en terapia de pareja que aún teniendo una vida sexual satisfactoria, se exijan y castiguen por no haber alcanzado el orgasmo simultáneo –como si esta experiencia fuera garantía de mayor plenitud.  La mayoría de las veces la pareja no llega al orgasmo al mismo tiempo.

6. Tener el mismo ritual en cada encuentro sexual.  Sugiero el siguiente ejercicio: diga o escriba cada uno, cómo y qué le gustaría hacer durante el acto sexual y dónde. Platiquen tomando un café, cenando, viendo libros de sexualidad en pareja y, con asertividad, diga qué quiere y qué no está usted dispuesta a hacer. Alguno de los dos puede argumentar “no tengo ganas”, pero muchas personas refieren sentir que les cuesta trabajo “arrancar”, pero después de los primeros minutos empieza a despertar su deseo y excitación sexual. Decídase a tomar la iniciativa y verá cómo fluye de manera más natural toda su energía.

7. Dejar de fortalecer el afecto, la admiración mutua y el deseo sexual. Una pareja que tiene su propio mundo que le satisface de manera individual, puede enriquecer su mundo de pareja porque no está buscando ser alguien a través de su relación, ni queda en espera de su llegada; tiene la capacidad de compartir y recibir, sin depender. Recordemos que no existe, afortunadamente, tu media naranja.

8. Como conclusión, te invito a revisar qué vivencias en tu relación de pareja pueden estar obstaculizando que tu capacidad erótica se vea limitada.  Recuerda que ser pareja es una de las tareas más complejas de la experiencia humana, porque implica comprender nuestras diferencias tratarnos con respeto y desarrollar la asertividad que nos permita hablar sin destruir.

Enero de 2015.