Uno de los motivos de consulta más frecuente,en mi experiencia profesional, es por abusosexual. Y la gran mayoría no era abuso sexualsino un juego sexual entre pares. De ahí laimportancia de distinguir los juegos sexualesentre niños de un probable abuso sexual.

Un juego sexual es la exploración que se daentre niños de edades similares, y a travésde los cuales buscan conocer, en su mayoría,a través de la vista y el tacto qué tengo yo y qué tienes tú. Durante estos juegos pueden experimentar el placer y el displacer, la aceptación o el rechazo. Los juegos sexuales forman parte del desarrollo psicosexual del ser humano, facilitan la construcción de la intimidad y la confianza sexual. ¿Cuáles son sus juegos preferidos? Los novios, los besos en la boca, los abrazos, bajarse los calzones y mostrarse sus genitales, incluso voltear amirar nalgas y ano de su compañero(a) de juego. La mayoría, además de mirar, tocan, se acarician, y una gran cantidad de niños/niñas, incluso se besan los genitales. Estos juegos suelen ser más frecuentes durante los primeros seis años de edad. Por supuesto que la orientación y los límites, por parte de los adultos, son fundamentales para que los niños se autorregulen. Es mucho más sano educar con límites que con represión. Debemos respetar su necesidad de conocer diferencias, pues también experimenta así su grado deconfianza sexual, orgullo y naturalidad de su cuerpo y desarrolla su asertividad sexual: hasta donde puedo llegar.

Después de indagar exactamente a qué jugaban –no imagines, investiga- necesitamos límites claros. Algunas frases que facilitan a los niños el empoderamiento, la autorregulación y la posibilidad de distinguir riesgos de abuso sexual, son:

• Bien… entiendo que estaban jugando, sóloque estos no son juegos de niños.

• Cuando seas grande tendrás una pareja con quien podrás acariciarte, si ambos están de acuerdo.

• Tienes derecho a tocar tus genitales, son tuyos. Sólo puedes hacerlo en tu cuarto o en tu baño, con tus manos limpias.

 

 

 

• Esas cosquillitas no deben hacértelas otras personas mientras seas un niño/niña.

• Los adolescentes y los adultos no acariciamos tus genitales.

• Cuando vamos con tu doctor(a) yo estoy presente y no acaricia tu pene/vulva, te explora en nuestra presencia, no lo hace a escondidas ni te pide que guardes un secreto.

A diferencia de los juegos sexuales que se caracterizan por ser entre pares, de mutuo acuerdo y sin condicionamiento alguno, el abuso sexual es todo acto donde el adulto o adolescente dirige su atracción y placer erótico al niño y/o púber, con el fin de satisfacer sus necesidades sexuales.

Con frecuencia se trata de una persona que, aprovechando la confianza brindada, seduce, obliga, manipula, amenaza y/o intercambia regalos, dinero con un menor, para que le realice o le sean realizadas caricias, tocamientos en genitales y/o nalgas, ano, pechos.

Evitemos contaminar a los niños y adolescentes, sean alumnos, pacientes o incluso los propios hijos, desplazando el miedo y el enojo que no se ha resuelto por un abuso sexual en la vida del adulto. En mi experiencia como psicoterapeuta, encuentro niños con sintomatología de abuso sexual como resultado del miedo y desconfianza que le generaron, porque debía temer a todos los que no fueran de su familia. Información errónea, si tomamos en cuenta que en la mayoría de los abusos sexuales el agresor o agresora es un familiar. Algunas estadísticas reportan que es el padre biológico en la mayoría de los casos, seguido por tíos, abuelos, hermanos mayores y padrastros.

No hagamos de un juego sexual una experiencia dramática de abuso sexual. Hay que explorar primero qué sucedió, cómo y de qué manera vivieron la experiencia para saber la diferencia y actuar en consecuencia.